Salud & Bienestar: ¿Qué es la fobia social?

A continuación, marque los problemas que usted tiene:

  • Tengo un miedo terrible de hacer o decir algo que me cause vergüenza frente a los demás.
  • Siempre siento mucho temor de cometer un error y que los demás me vean y juzguen.
  • Mi temor a sentir vergüenza hace que evite hacer cosas que quiero hacer o hablar con las personas.
  • Si anticipo que voy a conocer a alguien, me preocupo durante días o hasta semanas antes.
  • Me sonrojo, sudo mucho, tiemblo o siento que voy a vomitar antes y durante una situación en la que voy a estar con personas que no conozco.
  • Generalmente me alejo de situaciones sociales tales como acontecimientos de la escuela o en los que hay la posibilidad de que tenga que hablar en público.
  • A menudo bebo alcohol para que estos temores se vayan.

¿Le suena alguna de estas respuestas? Si ha marcado más de uno de estos síntomas, puede que padezca fobia social. Ésta es una enfermedad real que puede ser grave y que forma parte de los trastornos afectivos, más concretamente de las fobias. Quizá piense que su miedo es simplemente parte de su forma de ser. Y puede ser que piense que no puede cambiar la forma en que se siente. Pero el miedo que siente tiene un nombre: fobia social.

Signos y síntomas

La fobia social es una enfermedad real. Se puede tratar con medicamentos y psicoterapia.

Si tiene fobia social, le preocupa mucho la posibilidad de sentir vergüenza ante los demás. Su temor puede ser tan fuerte que le impide hacer sus tareas cotidianas. Puede ser que tenga dificultad para hablar con los demás en el trabajo o en la escuela. En ocasiones su temor puede hasta impedirle ir al trabajo o la escuela.

Puede ser que le preocupe sonrojarse o temblar en presencia de los demás. Puede ser que esté convencido de que las demás personas le están observando simplemente esperando que usted cometa un error. Puede que le cause temor hasta hablar por teléfono, comprar con tarjeta de crédito en una tienda o ir a un baño público.
Muchas personas se sienten un poco nerviosas antes de conocer a alguien o antes de dar un discurso. Pero las que padecen de fobia social se preocupan semanas antes del evento. Pueden llegar a hacer cualquier cosa para evitar o cancelar tal posibilidad.
Habitualmente la fobia social comienza en la infancia o la adolescencia. Es muy raro que comience antes de los 25 años. Cualquier persona puede padecer de fobia social, pero es más común en las mujeres que en los hombres. A veces puede ser hereditario. Sin tratamiento, la fobia social puede durar muchos años o incluso toda la vida. Se estima que nuestro país padecen fobia social al menos 700.000 personas cada año.
Diagnóstico

El diagnóstico de la fobia social es puramente clínico. No hay ningún análisis ni prueba complementaria de exploración que lleve al diagnóstico de la fobia social. Son los signos y síntomas y la entrevista con el médico o psiquiatra lo que ayuda al diagnóstico de este trastorno.

Hable con su médico sobre sus temores y preocupaciones. Infórmele sobre si estas preocupaciones le impiden desempeñar sus tareas cotidianas y vivir su vida con normalidad.
Tratamiento

El médico suele tratar la fobia social con fármacos antidepresivos o ansiolíticos, que ayudan a sentirse menor ansioso y con menos temor. Sin embargo, estos medicamentos pueden tardar unas pocas semanas en producir efecto.

Muchas personas con fobia social encuentran ayuda hablando con un psicoterapeuta, es decir, realizando psicoterapia. Las técnicas de manejo del estrés, de relajación, de solución de problemas, etc., propias de la psicoterapia, suelen ayudar a sentirse más cómodo en las situaciones sociales.
Una historia real de una persona con fobia social

“En la escuela siempre tenía miedo de participar en clase, aunque supiera la lección. Cuando comencé a trabajar, detestaba tener que reunirme con mi jefe. No podía ni siquiera sentarme a comer con mis compañeros de trabajo. Me sentía nervioso al pensar que me estaban mirando o juzgando y que iba a hacer algo estúpido. Mi corazón latía fuertemente y empezaba a sudar nada más de pensar que tendría que asistir a una reunión. Estos síntomas empeoraban mientras más se acercaba el día fatal. A veces no podía dormir ni comer por varios días antes de una reunión en la que tal vez tendría que hablar delante de los demás”.

“Un amigo me dijo que consultara con el médico. ¡Qué buen consejo me dio! Mi médico me recetó un medicamento que me ayuda a sentir menos temor al estar en un grupo. No ha sido fácil, pero el psicoterapeuta me está ayudando a aprender a controlar mis temores en las situaciones sociales”.
El artículo sólo es informativo. Si tiene dudas al respecto, consulte a su médico

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