La obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por un aumento de la cantidad de grasa del cuerpo y, por tanto, de un aumento del peso, que repercute de forma negativa sobre la salud. Entre las enfermedades asociadas a la obesidad hallamos:
Hipertensión, Colesterol alto, Enfermedad cardiovascular, Diabetes, Ciertos cánceres como, por ejemplo, el cáncer de mama ArtrosisLitiasis renal Apnea del sueño No hay que confundir peso elevado con obesidad, ya que, por ejemplo, un culturista puede tener un peso elevado a expensas de haber desarrollado su masa muscular. Para definir de forma objetiva la obesidad, se utiliza el llamado Índice de Masa Corporal (IMC).
Aunque varios factores están implicados en el desarrollo de la obesidad, sus principales causas son el consumo de más comida de la que necesita el organismo y un estilo de vida sedentario. El organismo no puede almacenar proteínas ni carbohidratos así, la ingesta excesiva de proteínas y carbohidratos se almacena en el cuerpo en forma de grasa. Por consiguiente, la prevención de la obesidad irá dirigida a seguir una alimentación sana y equilibrada por un lado, y a mantenerse activo físicamente, por el otro.
Alimentación sana y equilibrada
Tanto si se intenta perder peso como mantener el mismo, es importante comer de forma variada escogiendo alimentos de cada grupo de la Pirámide de los Alimentos. Otros buenos hábitos alimentarios consisten en:
Comer menos cantidad y con mayor frecuencia, y únicamente cuando se tenga hambre. Dejar de comer antes de sentirse totalmente saciado. Escoger tentempiés bajos en calorías como manzanas o plátanos. Beber poco o no beber cerveza u otras bebidas alcohólicas. Beber ocho vasos de agua al día. Comer pausadamente y masticando bien. Comer sentado en la mesa, a ser posible con la familia. No comer mirando la televisión.
Actividad física
Introducir el ejercicio físico como una parte de la vida diaria es una manera importante de ayudar a controlar el peso y reducir el riesgo de problemas de salud. Debe dedicarse menos tiempo a actividades que requieren poca energía como mirar la televisión o jugar con los videojuegos.
Hay que intentar realizar una actividad física como mínimo 30 minutos al día, la mayoría de días de la semana. La actividad no tiene que hacerse de una sola tirada, sino que se puede hacer en pequeños turnos – 10 minutos ahora y 20 minutos después – hasta sumar los 30 minutos diarios.
Una forma sencilla de realizar ejercicio es subir por las escaleras en lugar de coger el ascensor, ir a la escuela o al trabajo andando o cogiendo el metro o autobús pero bajándose un par de paradas antes del destino, bailar, ir de excursión los fines de semana o ir en bicicleta. Se puede hacer ejercicio solo o con un amigo o familiar, pero si se hace en compañía suele resultar más fácil y divertido.
Be the first to comment