Prevención: ¿Qué es una embolia o ictus?

La embolia, accidente cerebrovascular, ictus o apoplejía es la instauración brusca de cambios en la función cerebral por la falta de llegada de oxígeno a una zona del sistema nervioso central

Regiones cerebrales

Trombos y émbolos

Los coágulos sanguíneos son el producto resultante de la coagulación de la sangre. Estos coágulos pueden formarse en un vaso sanguíneo y permanecer en el mismo denominándose trombos o por el contrario, pueden viajar desde su lugar de formación hasta otro lugar del organismo pasando a llamarse émbolos.

Tanto los trombos como los émbolos pueden enclavarse en un vaso sanguíneo y bloquear el flujo de sangre en ese lugar. Este bloqueo priva al tejido de la zona de la llegada normal de sangre y oxígeno, situación que se conoce como isquemia. La isquemia puede conllevar a la lesión, destrucción (infarto) o incluso a la muerte (necrosis) del tejido en cuestión.

En ocasiones, una porción de una placa aterosclerótica (placa formada por grasa, colesterol y otras sustancias acumuladas en las paredes de las arterias), pequeños trozos de un tumor, grasa u otros materiales pueden actuar de la misma forma que un coágulo sanguíneo.

Los émbolos en las arterias pueden afectar a las extremidades (especialmente piernas y pies), al cerebro (ictus o accidente cerebrovascular) o al corazón (infarto cardiaco). Si afecta a las arterias que aportan sangre a los pulmones, hablamos de embolismo pulmonar. Localizaciones menos frecuentes son el riñón, el intestino y otras áreas.

La embolia o accidente cerebrovascular o ictus es la instauración brusca de cambios en la función cerebral por la falta de llegada de oxígeno a una zona del sistema nervioso central. Los ictus son más frecuentes a partir de los 70 años.

Causas

Según las causas que originan la obstrucción de la arteria afectada podemos distinguir varios tipos de ictus.

1. Accidente cerebrovascular trombótico: El ictus trombótico es consecuencia de un proceso de coagulación sobre una lesión en una arteria cerebral con el fin de reparar dicha lesión. El coágulo provoca la obstrucción de la arteria y el impedimento que el oxígeno llegue a la zona del cerebro que irriga esta arteria. La arteria puede lesionarse por un proceso de arteriosclerosis (arterias gruesas) o por una arteritis o inflamación (arterias finas).

2. Accidente cerebrovascular embólico: Ocurre cuando una porción de un trombo o placa aterosclerótica u otro material se desprenden del lugar donde se han formado y, siguiendo el torrente sanguíneo se enclava o emboliza en otra arteria más alejada, cuando el diámetro de esta no permite el paso del émbolo.

El origen del émbolo se sitúa sobre todo en el corazón donde en ciertas circunstancias como una arritmia o un infarto se forman coágulos de los que pueden desprenderse fragmentos.En otras ocasiones es material originado en una arteria, como una placa aterosclerótica que se rompe, un fragmento de tumor o grasa que penetra en una arteria tras cirugía o fractura.

Tanto las embolias como las trombosis provocan isquemia o falta de flujo sanguíneo en el territorio de la arteria obstruida, por lo que se llamanaccidentes cerebrovascularesisquémicos oinfartos cerebrales.

3. Accidente cerebrovascular hemorrágico: se produce cuando se rompe una arteria del interior o de la superficie del cerebro y la sangre pasa dentro del cerebro o en el espacio subaracnoideo (espacio entre el cerebro y la membrana meníngea media que lo recubre). Las hemorragias intracerebrales son típicas de la hipertensión arterial no controlada o maligna, mientras las hemorragias subaracnoideas son causadas con frecuencia por aneurismas (zonas debilitadas de la pared del vaso sanguíneo).

De todas las causas enumeradas, laaterosclerosis constituye la principal causa de accidente cerebrovascular. Sin embargo, la formación de una placa aterosclerótica no siempre provoca un ictus. Las arterias cerebrales son lo suficientemente amplias para que aunque se produzca el bloqueo de ¾ partes de las mismas, siga llegando un flujo de sangre suficiente hacia el área cerebral correspondiente. Además, existen pequeñas conexiones entre las arterias cerebrales para que si el flujo sanguíneo es gradualmente bloqueado en una arteria, la conexión aumente de tamaño y pase a constituir una vía alternativa al paso de sangre.

Síntomas

Los síntomas y signos de un accidente cerebrovascular dependerán de su causa, de la magnitud del tejido cerebral afectado y, sobre todo, de la localización del mismo:

– El hemisferio cerebral derecho controla los movimientos del lado izquierdo del cuerpo. Un ictus que afecte al hemisferio cerebral derecho, en función de su severidad, puede provocar una pérdida funcional o una deficiencia en la capacidad motora del lado izquierdo del cuerpo. Además, puede producir una alteración en el estado de alerta normal del lado izquierdo del cuerpo.

– El hemisferio cerebral izquierdo controla los movimientos del lado derecho del cuerpo. Un ictus que afecte al hemisferio cerebral izquierdo, en función de su severidad, puede provocar una pérdida funcional o una deficiencia en la capacidad motora del lado derecho del cuerpo y puede causar también una incapacidad para hablar.

– Un ictus que afecte al tallo cerebral es potencialmente mortal ya que esta área del cerebro controla funciones como la respiración o el latido cardiaco. Un ictus en el tallo cerebral puede provocar visión doble, náuseas y pérdida de coordinación. El tallo cerebral controla también otras capacidades menos esenciales como la articulación de las palabras.

– El cerebelo se encarga de procesar la información procedente de otras áreas del cerebro, de la médula espinal y de receptores sensoriales y así regular de forma precisa los movimientos suaves y coordinados del sistema músculo-esquelético. Un ictus que afecte al cerebelo puede causar vértigo, náuseas y problemas de coordinación y equilibrio.

Los cambios específicos en la función cerebral (defectos neurológicos) afectan típicamente a un lado del cuerpo pero pueden afectar a funciones específicas de forma aislada, pueden afectar un lado del cuerpo y al lado opuesto de la cara o pueden afectar únicamente a la cara.

Entre los síntomas hallamos:

    • Pérdida de movimiento o parálisis de cualquier parte del cuerpo
    • Debilidad muscular: suele ser localizada.
    • Parestesias: Sensaciones anormales, frecuentemente descritas como entumecimiento u hormigueo que suelen notarse en las piernas.
    • Visión decreciente
    • Dificultades con el lenguaje: hablar con dificultad o pronunciar mal las palabras (disartria), o incapacidad para expresar o comprender el lenguaje hablado o escrito (afasia).
    • Incapacidad para reconocer o identificar un estímulo sensorial (agnosia): Esta incapacidad conlleva a “descuidar” un lado del cuerpo.
    • Pérdida de memoria
    • Vértigo: Sensación anormal de movimiento.
    • Dificultad para tragar
    • Cambios de personalidad
    • Pérdida de la coordinación: Incapacidad o alteración del control muscular para coordinar correctamente los movimientos, dando lugar a movimientos espasmódicos inestables.
    • Cambios de humor: como depresión o apatía.
    • Alteraciones en el nivel de conciencia: desde estupor (disminución de la conciencia o de la alerta), somnolencia, letargia (sensación de falta de energía o fatiga) hasta un estado total de inconciencia o coma.
    • Incontinencia urinaria y/o fecal
  • Declive cognitivo: desde atención limitada (fácilmente distraible), pérdida de juicio hasta demencia.

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