El acto se realizó en la Plaza Rubén Darío, ubicada en avenida Figueroa Alcorta, a metros del cruce de la calle Austria, en la ciudad de Buenos Aires, donde se levantará la obra del artista plástico Alejandro Kokocinski que rendirá homenaje a las víctimas del brutal ataque terrorista.
Durante la ceremonia, el presidente de la DAIA, Aldo Donzis, sostuvo que “no se puede dejar para el día de mañana que la memoria quede depositada solamente en quienes hagan un acto, o que aparezca en un medio de comunicación”.
“Tenemos la responsabilidad -continuó- de dejar un testimonio para las futuras generaciones de aquel luctuoso hecho del 18 de julio de 1994, que asesinó a 85 personas, que destruyó a tantas familias y que generó un dolor que difícilmente lo podamos superar”.
El líder de la representación política de la comunidad judía argentina aseveró que “el dejar un testimonio hace a un ejercicio” en el que se pone mucho énfasis, que es la memoria”.
Donzis afirmó que “no se puede edificar nada desde la base del terror” y resaló que no se puede permitir que “siga existiendo impunidad e injusticia” en la causa por el atentado.
“Que haya acá un monumento nos permite recordar, día a día, que seguimos trabajando en busca de la verdad y para que las futuras generaciones jamás puedan olvidar”, dijo el titular de la AMIA.
Por su parte, el subsecretario de Derechos Humanos del Gobierno de la ciudad, Claudio Avruj, transmitió que “todo lo que se puede decir en actos como este quizás las palabras quedan cortas porque en momentos tan emotivos, las palabras fundamentales las tiene el recuerdo y los familiares de las víctimas, que pueden traer el mensaje desde el dolor y el compromiso”. “Quiero traer en nombre del Gobierno de la Ciudad y del vicepresidente primero de la Legislatura (Cristian Ritondo) el agradecimiento de haber tenido la posibilidad de trabajar para concretar este espacio público para que toda la ciudad de Buenos Aires y todo el país, por extensión, pueda tener a partir de hoy un monumento permanente de homenaje y recuerdo”, añadió.
En tanto, el artista Alejandro Kokocinski contó que es “hijo y producto de la última Gran Guerra, la gran tragedia que ha destruido el mundo”.
“Para mí fue normal, por un problema de derecho y de justicia hacer mi testimonio, a través de lo que yo hago, que es el arte. En este caso es una situación muy difícil para mí, porque no es el arte por el arte, sino que contiene la vida y la muerte, porque creo que el paraíso toma luz con el fuego del infierno, desgraciadamente, y aquí estamos caminando para continuar por un camino de justicia para toda la comunidad de este mundo”, transmitió kokocinski.
A todo esto, Sofía Guterman, madre de Andrea, quien murió en el terrible atentado, sostuvo que “cuando el 18 de julio de 1994, hace 18 años, una bomba terrorista destruyó la sede de la AMIA – DAIA y se llevó la vida de 85 víctimas fatales, dejando también centenares de heridos, nos dejo a los familiares de esos seres queridos que perdieron la vida mutilada, destrozada, realmente obnubilados por el dolor y muy confundidos”.
“A partir de ese momento dejamos de usar palabras cotidianas, como alegría, felicidad, futuro, proyectos; y tomamos dos palabras, que hasta el día de hoy seguimos utilizando: justicia y memoria”, indicó.
Guterman indicó que si bien “en el diccionario justicia y memoria tienen significados distinto”, para los familiares de las víctimas, “van unidas porque un país, una sociedad no puede vivir sin justicia y la memoria, que ayuda a recordar y que conecta con el pasado para poder proyectarse hacia el futuro”.
“Hoy para nosotros es un momento muy importante y muy solemne, porque tenemos todos 18 años más y nos preocupa mucho el tema de la memoria para un atentado que aún continúa impune, porque tenemos miedo que se olvide y sabemos que hay nuevas generaciones que van a seguir nuestra posta”, expresó la mujer durante el acto.
No obstante, la mujer lamentó lo que le queda a las futuras generaciones. “Van a tener que hacer ellos mucho de su parte para tener una vida mejor. Pero por el otro lado, este monumento, esta piedra fundamental nos da la pauta que se van a seguir haciendo obras para que 85 víctimas inocentes no hayan muerto del todo”, añadió.
En tanto, Víctor Garelik, director Ejecutivo Adjunto de la DAIA, leyó luego la nómina de víctimas fatales, e invitó a Eugenia Naifeld, que colaboró permanentemente con las gestiones del proyecto y a los familiares de las víctimas presentes a colocar la piedra fundamental del Monumento, realizándose finalmente un minuto de silenció en homenaje a las víctimas.
En el acto participaron el embajador de Israel, Daniel Gazit; los diputados de la ciudad de Buenos Aires, María José Lubertino y Carlos Presman; Eugenia Bentankurd, en representación del Comité Nacional de la UCR.
Por la DAIA estuvieron presentes, además de Donzis y Garelik, el vicepresidente Alberto Hammerschlag, el secretario general Fabián Galante, la prosecretaria Diana Laufer, y lo miembros de comisión Alberto Zimerman, Enrique Zadoff y Alejandro Zuchowicki.
En tanto que en representación de la AMIA participaron el vicepresidente José Scaliter, el secretario general, Julio Schlosser, y los miembros de comisión Pedro Buki y Manuel Schvarzman.
Además estuvieron Adolfo Filarent, presidente del KKL Argentina; Daniel Lew, vicepresidente de OSA (Organización Sionista Argentina), Alejandro Dosoretz, presidente de la Fundación Memoria del Holocausto – Museo de la Shoá; Amalia de Polak, Nicole Kovalivker, Estela Vilamowski, presidenta honoraria, presidenta y vicepresidenta de OSFA-WIZO; Sergio Widder, representante para América Latina del Centro Wiesenthal, y Mario Wilhelm, presidente de B’nai B’rith de Argentina.